Versículo 1
                                            
                                            
                                            Las palabras de este proverbio 
                                            recomiendan el amor y la paz de la 
                                            familia, conducentes en gran manera 
                                            al bienestar de la vida humana. Los 
                                            que viven en unidad y tranquilidad, 
                                            y tratan de ser mutuamente 
                                            obsequiosos, gozan de la vida, aun 
                                            cuando tengan que trabajar duro y 
                                            sufrir de recio. Un bocado seco sabe 
                                            mejor a los que viven en paz que un 
                                            opíparo banquete en una familia 
                                            llena de pendencias y discordias. El 
                                            texto dice a la letra: 
                                            «... que una casa llena de 
                                            sacrificios de contienda», pues 
                                            entre los hebreos no era costumbre 
                                            comer carne sino cuando se degollaba 
                                            un animal para el sacrificio, lo 
                                            cual se consideraba banquete festivo 
                                            (comp. 7:14, así como Dt. 12:7; 1 S. 
                                            9:12 y ss.) ¿De qué servirá tal 
                                            banquete en una casa perturbada por 
                                            la discordia?
                                            
                                            
                                            Versículo 2
                                            
                                            
                                            El verdadero mérito no se mide por 
                                            los honores mundanos. A veces, un 
                                            esclavo prudente proporciona a una 
                                            familia mucho más beneficio y 
                                            prestigio que un hijo necio, el cual 
                                            es una vergüenza y una deshonra para 
                                            la casa. Un amo capaz de apreciar el 
                                            verdadero mérito podía incluir entre 
                                            sus herederos a un esclavo prudente 
                                            y leal (comp. el caso de Eliezer en 
                                            casa de Abraham, y el de Sibá y Mefi-Bóset, 
                                            Gn. 15:2; 24:2; 2 S. 16:4, así como 
                                            el de Yarjá en 1 Cr. 2:34, 35. V. 
                                            también Ec. 10:7).
                                            
                                            
                                            Versículo 3
                                            
                                            
                                            Los hombres prueban y refinan en el 
                                            crisol la plata y el oro (Jer. 
                                            17:10), pero sólo Dios puede probar 
                                            y refinar los corazones. Los prueba 
                                            mediante la aflicción (Sal. 66:10, 
                                            11; Is. 48:10) y así los refina 
                                            también. Los hombres no tienen tal 
                                            poder ni deben atreverse a 
                                            intentarlo.
                                            
                                            
                                            Versículo 4
                                            
                                            
                                            'Cada uno busca a su semejante', 
                                            dice el antiguo proverbio latino, y 
                                            esto es lo que aquí se señala: «el 
                                            malo escucha al malo, y el mentiroso 
                                            al mentiroso». Así se excusan a sí 
                                            mismos los pecadores y se fortalecen 
                                            mutuamente las manos para el mal.
                                            
                                            
                                            Versículo 5
                                            
                                            
                                            La primera parte del proverbio es 
                                            semejante a la de 14:31, pero aquí 
                                            va más hondo, pues en vez del verbo 
                                            'oprimir', tenemos el verbo 
                                            'burlarse' o 'escarnecer'. Teniendo 
                                            en cuenta que Tahweh es el que hace 
                                            pobre o rico a un ser humano, 
                                            mofarse del pobre es, según Cohen, 
                                            una blasfemia'. Algo parecido hace 
                                            el que se alegra de la calamidad 
                                            ajena, pues también las calamidades 
                                            entran en el plan de Dios.
                                            
                                            
                                            Versículo 6
                                            
                                            
                                            Es un honor para un hombre vivir lo 
                                            suficiente para ver a los hijos de 
                                            sus hijos (Gn. 50:23; Sal. 128:6) y 
                                            a su casa prosperando en ellos, si 
                                            ellos sirven a su respectiva 
                                            generación de acuerdo con la 
                                            voluntad de Dios, pues es una corona 
                                            que completa su bienestar en este 
                                            mundo. También es un honor para los 
                                            hijos tener padres piadosos y 
                                            prudentes y verlos llegar a la 
                                            ancianidad, mientras ellos mismos 
                                            han crecido y se han establecido en 
                                            la vida.
                                            
                                            
                                            Versículo 7
                                            
                                            
                                            El necio, en la literatura 
                                            sapiencial, es siempre una persona 
                                            de baja catadura moral, por lo que 
                                            no le va bien la altilocuencia, pues 
                                            además de la altiva jactancia que 
                                            eso supone, encierra gran peligro 
                                            para los oyentes, por la 
                                            persuasividad que una palabra 
                                            elocuente puede conferir a las 
                                            peores mentiras y seducciones.
                                            
                                            Peor todavía que a un necio metido a 
                                            filósofo o político, le va a un 
                                            magnate aprovecharse de la ventaja 
                                            que le da su posición para diseminar 
                                            mentiras y quebrantar la palabra 
                                            dada.
                                            
                                            
                                            Versículo 8
                                            
                                            
                                            Los ricos estiman una moneda como si 
                                            fuese una piedra preciosa, y se 
                                            estiman a sí mismos por ella como si 
                                            les proporcionase no sólo adorno, 
                                            sino también poder, de forma que 
                                            todos deberían respetarles y 
                                            someterse a ellos, aunque sea con 
                                            merma de la justicia y del derecho. 
                                            Pero, por mucho que sea el éxito 
                                            material que se consiga de ese modo, 
                                            no por eso deja de ser criminal el 
                                            soborno (V. Ex. 23:8; Dt. 16:19) o 
                                            cualquier otro medio ilícito de 
                                            hacerse valer por medio de la 
                                            riqueza.
                                            
                                            
                                            Versículo 9
                                            
                                            
                                            El modo de preservar la paz entre 
                                            parientes y vecinos es hacer todo lo 
                                            posible para evitar la discordia, ya 
                                            sea no divulgando lo que se dice o 
                                            hace en contra de ellos (a no ser 
                                            que sea necesario para que se 
                                            defiendan), ya sea no dándose por 
                                            enterado de lo que se oye o se sufre 
                                            de parte de otros. Mejor es 
                                            excusarlo todo e interpretarlo lo 
                                            mejor posible, diciendo: «Se le pasó 
                                            por alto, ¡pasémoslo por alto! Se le 
                                            olvidó ¡Olvidémoslo!».
                                            
                                            
                                            Versículo 10
                                            
                                            
                                            Una reprensión le aprovecha más, le 
                                            hace mayor impresión, al inteligente 
                                            (no al discreto -hebr. nabón, el 
                                            cual no la necesita) que cien azotes 
                                            al necio, el cual no hace caso de 
                                            reprensiones verbales.
                                            
                                            
                                            Versículo 11
                                            
                                            
                                            Malo de veras es el hombre que busca 
                                            todas las ocasiones posibles para 
                                            rebelarse contra Dios (en este 
                                            sentido ha de entenderse aquí 
                                            `rebelión. Comoquiera que este tal 
                                            no atiende a palabras suaves, se 
                                            enviará contra él un mensajero 
                                            cruel, es decir, un agente de la 
                                            justicia que le castigue como se 
                                            merece (para el sentido de 
                                            'mensajero' como símbolo de un medio 
                                            de retribución, véase 16:14, así 
                                            como Sal. 78:49).
                                            
                                            
                                            Versículo 12
                                            
                                            
                                            Por 2 S. 17:8; 2 R. 2:24; Os. 13:8; 
                                            Am. 5:19, etc., vemos que la fiereza 
                                            del oso, especialmente la de la osa 
                                            cuando le han quitado sus cachorros, 
                                            se había hecho proverbial.
                                            
                                            Sin embargo, Salomón afirma aquí que 
                                            todavía es peor encontrarse con un 
                                            necio cuando está en el colmo de su 
                                            necedad, que es el tiempo en que se 
                                            desatan sus pasiones.
                                            
                                            
                                            Versículo 13
                                            
                                            
                                            Muy fea es la ingratitud. Devolver 
                                            mal por mal es brutal, pero devolver 
                                            mal por bien es diabólico. La 
                                            desventura que aquí se predice, como 
                                            una maldición, sobre su casa, puede 
                                            ser el castigo de Dios o, según 
                                            opinan algunos, la falta de ayuda 
                                            por parte de sus prójimos cuando él 
                                            se vea en grave apuro (V. el 
                                            contraste con la exhortación de 
                                            devolver bien por mal en 20:22; 
                                            25:21).
                                            
                                            
                                            Versículo 14
                                            
                                            
                                            Muy expresiva es la comparación que 
                                            se hace aquí del comienzo de una 
                                            contienda con abrir un agujero en un 
                                            depósito de agua o una presa. Si no 
                                            se tapa a tiempo, el agujero se va 
                                            haciendo cada vez mayor y sobreviene 
                                            una terrible inundación. El único 
                                            remedio, es pues, abandonar la 
                                            contienda antes de que estalle del 
                                            todo.
                                            
                                            
                                            Versículo 15
                                            
                                            
                                            Este proverbio, muy importante para 
                                            entender el concepto teológico de 
                                            justificación (comp. con Ro. 4:5), 
                                            se basa en Ex. 23:6 y ss., y llama 
                                            abominación a Yahweh (V. lo dicho en 
                                            otros lugares de Prov.) al que 
                                            declara justo al impío y condena 
                                            como impío al inocente. Éste es el 
                                            único sentido correcto del 
                                            proverbio, porque si justificar 
                                            significase hacer interiormente 
                                            justo al que es malvado, esto no 
                                            sería abominación, sino edificación 
                                            y salvación.
                                            
                                            Indica, pues, una violación 
                                            flagrante de la justicia por parte 
                                            de los que están encargados de 
                                            ejecutarla.
                                            
                                            
                                            Versículo 16
                                            
                                            
                                            Dos ideas complementarias entran en 
                                            este proverbio: 1. El necio carece 
                                            del entendimiento necesario para 
                                            adquirir la sabiduría y hacer buen 
                                            uso de ella. 2. La sabiduría no se 
                                            adquiere con dinero, sino con una 
                                            actitud apropiada del corazón, la 
                                            cual le falta al necio. Comenta 
                                            Ryrie: 'Esta descripción del necio 
                                            intentando comprar sabiduría es 
                                            satírica, pues la sabiduría no se 
                                            puede comprar a ningún precio'.
                                            
                                            
                                            Versículo 17
                                            
                                            
                                            El texto admite la interpretación 
                                            (posible, pero no probable) de que 
                                            un amigo verdadero ama en todo 
                                            tiempo y es como un hermano nacido 
                                            para tiempo de adversidad. La 
                                            lectura más probable es la que 
                                            aparece en la mayoría de las 
                                            versiones. Ya no es tan fácil 
                                            valorar el contraste entre el amigo 
                                            sincero y el hermano de padre y 
                                            madre. Es muy interesante el 
                                            comentario de Ralbag, citado por 
                                            Cohen: 'Un amigo permanece unido a 
                                            su amigo en todo tiempo, incluso en 
                                            tiempo de adversidad a fin de estar 
                                            unido con él en tiempo de gozo. En 
                                            cambio, un hermano no se interesa 
                                            por su hermano en tiempo de gozo, 
                                            sino en tiempo de adversidad, pues 
                                            su naturaleza le compele a unirse a 
                                            él para asistirle en su aprieto'. 
                                            (Todo es nota del traductor).
                                            
                                            
                                            Versículo 18
                                            
                                            
                                            De sabios es estar libre de deudas 
                                            en lo posible, especialmente de las 
                                            que se contraen por salir fiador (lit. 
                                            chocar la mano) de extraños (comp. 
                                            6:1; 11:15). Los que carecen de 
                                            entendimiento caen en esta trampa.
                                            
                                            
                                            Versículo 19
                                            
                                            
                                            El que ama la contienda, ya sea 
                                            yendo fácilmente a los tribunales 
                                            por cualquier minucia, o buscando 
                                            controversia en detalles de tipo 
                                            religioso o deseando que siempre se 
                                            le dé la razón en la conversación 
                                            corriente, ama la transgresión (aquí 
                                            no indica directamente un pecado 
                                            contra Dios, sino un perjuicio al 
                                            prójimo). Añade el proverbio que 
                                            quien alza su puerta, busca su 
                                            ruina. La interpretación más 
                                            probable de la frase alzar la puerta 
                                            es: vivir de una manera ostentosa, 
                                            especialmente en lo que se llama 'el 
                                            tren de vida', con lo que suscita (a 
                                            veces, intencionadamente) la envidia 
                                            del prójimo, con las funestas 
                                            consecuencias que con frecuencia 
                                            produce la envidia. Algunos 
                                            comentaristas judíos (también Ryrie) 
                                            entienden lo de `su puerta' (lit. su 
                                            abrir, como en Sal. 119:130) 
                                            aplicado a la 'boca', cuando se abre 
                                            para hablar palabras altas, 
                                            arrogantes, ruidosas.
                                            
                                            
                                            Versículo 20
                                            
                                            
                                            El retorcido de corazón (lit.) que 
                                            siembra discordias y está lleno de 
                                            resentimiento, no puede tener 
                                            satisfacción verdadera pues sólo 
                                            sabe crear antagonismos. Y el que 
                                            está «vuelto» ("perverso" significa 
                                            "muy vuelto") de lengua (lit.), 
                                            mentiroso, despectivo, abusivo, 
                                            caerá en el mal, pues perderá sus 
                                            amigos, provocará a sus enemigos y 
                                            hará que los males que ocasiona se 
                                            vuelvan contra su propia cabeza.
                                            
                                            
                                            Versículo 21
                                            
                                            
                                            El nacimiento de un niño causa 
                                            alegría, especialmente a su madre 
                                            (V. Jn. 16:21), pero, cuando resulta 
                                            un insensato, sólo tristeza causa a 
                                            quienes le engendraron (comp. 10:1). 
                                            Absalom significa (probablemente) 
                                            paz de mi padre', pero fue en 
                                            realidad la pesadumbre y el tormento 
                                            de su padre.
                                            
                                            
                                            Versículo 22
                                            
                                            
                                            Este versículo es muy parecido a 
                                            15:13 y contiene la misma idea. El 
                                            vocablo hebreo para 'remedio' no 
                                            sale en ningún otro lugar de la 
                                            Biblia, aunque el verbo de la misma 
                                            raíz se halla en Os. 5:13 (« ... ni 
                                            os curará la llaga»). La frase 'seca 
                                            los huesos' es la opuesta a la de 
                                            15:30 («... engorda -lit.- los 
                                            huesos»). Es un breve resumen de 
                                            psicobiología: El gozo favorece a la 
                                            salud corporal; la depresión daña a 
                                            la salud.
                                            
                                            
                                            Versículo 23
                                            
                                            
                                            Aquí se denigra una vez más el 
                                            soborno como uno de los pecados más 
                                            sucios. La frase 'de debajo del 
                                            manto' expresa gráficamente la forma 
                                            de recibir dinero solapadamente, a 
                                            escondidas, en una bolsa 
                                            discretamente envuelta en el manto. 
                                            De esta manera, el curso de la 
                                            justicia se torna curso de la 
                                            injusticia.
                                            
                                            
                                            Versículo 24
                                            
                                            
                                            Ante el rostro del inteligente (está 
                                            la) sabiduría (lit.); es decir, la 
                                            tiene cerca y delante de sí como 
                                            brújula y carta de navegación, como 
                                            su constante objetivo; mientras los 
                                            ojos del necio vagan, van de un lado 
                                            a otro, sin rumbo fijo, hasta los 
                                            extremos de la tierra, tan lejos que 
                                            no ve lo que tiene delante de sí, 
                                            sólo se alimenta de ilusiones.
                                            
                                            
                                            Versículo 25
                                            
                                            
                                            Con mucha frecuencia repite Salomón 
                                            (V. también 10:1; 15:20; 19:13 y en 
                                            el v. 21 del presente capítulo) el 
                                            pesar que causa a un buen padre un 
                                            hijo necio ¿Estaría pensando en su 
                                            hijo Roboam, quien demostró ser un 
                                            necio? ¿No pudo dejar el trono a 
                                            otro más sensato? ¿O es que no tuvo 
                                            más hijos (la Biblia no menciona a 
                                            ningún otro), después de tener 700 
                                            reinas y 300 concubinas? Como en 
                                            10:1, se menciona también la 
                                            amargura que causa a su madre (la de 
                                            Roboam, de paso, era amonita, una 
                                            extranjera. V. 1 R. 14:21, 31).
                                            
                                            
                                            Versículo 26
                                            
                                            
                                            Aquí se repite lo del v. 15 en 
                                            cuanto a la maldad de condenar al 
                                            justo, aunque aquí el verbo empleado 
                                            significa específicamente 'castigar 
                                            con una multa' (V. Dt. 22:19); por 
                                            eso, no se dice que es 'abominación' 
                                            (v. 15), sino que 'no es bueno', es 
                                            decir, es un procedimiento impropio. 
                                            La 211. parte alude a un castigo más 
                                            severo ('golpear') que una multa, y 
                                            ejecutado contra nobles (de noble 
                                            estirpe) que precisamente hacen lo 
                                            recto.
                                            
                                            
                                            Versículos 27-28
                                            
                                            
                                            He aquí una norma práctica para 
                                            todos, necios y entendidos: El que 
                                            calla y escucha, aunque sea necio, 
                                            es tenido por inteligente, pues nada 
                                            suele satisfacer a los hombres tanto 
                                            como el que se les deje hablar, 
                                            piensan que el que los escucha está 
                                            de acuerdo con lo que ellos dicen y 
                                            que lo encuentran todo muy 
                                            interesante ¡son, pues, casi tan 
                                            inteligentes como ellos! Sin 
                                            embargo, el verdadero sabio no es el 
                                            que siempre calla (no se puede ni se 
                                            debe), sino el que ahorra palabras 
                                            (el mismo verbo de 10:19, 'refrena' 
                                            sus labios); las mide, las pesa y 
                                            evita palabras ociosas y 
                                            explicaciones innecesarias.