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      Nadie 
      Controla el Futuro
 
 
 
 
 No presumas hoy de lo que piensas hacer mañana; nadie
 sabe lo que traerá el futuro.
 No presumas de ti mismo; deja que te alaben los demás.
 Las piedras son pesadas, y la arena también, pero aún 
                          más
 pesado es el enojo del necio.
 El enojo es cruel, la ira es destructiva,
 y la envidia es incontrolable.
 Quien de veras te ama te reprenderá abiertamente.
 Más te quiere tu amigo cuando te hiere
 que tu enemigo cuando te besa.
 Cuando no se tiene hambre, hasta la miel empalaga;
 cuando se tiene hambre, hasta lo amargo sabe dulce.
 Estar lejos de la patria, es andar como pájaro sin 
                          nido.
 Con un buen perfume se alegra el corazón; con la 
                          dulzura de la
 amistad se vuelve a la vida.
 Nunca les falles a los amigos, sean
 tuyos o de tu padre.
 Nunca lleves tus problemas a la casa
 de tu hermano.
 Más vale amigo cercano que pariente lejano.
 Querido jovencito, hazme feliz  actuando con 
                          sabiduría,
 para taparles  la boca a los que quieran humillarme.
 Prever el peligro y evitarlo es actuar con 
                          inteligencia;
 hay que ser muy tonto para no preverlo ni evitarlo.
 El que se comprometa a pagar las  deudas de un 
                          desconocido
 y se  enrede con una mujer infiel, perderá todo lo que 
                          tenga.
 Hasta el mejor saludo es un insulto  grave, si se hace 
                          a gritos
 y en la madrugada.
 Peor que gotera en día lluvioso, es la persona que por 
                          todo pelea.
 ¡Querer controlarla es querer atajar el viento
 o retener aceite en la mano!
 Para afilar el hierro, la lima; para ser mejor 
                          persona, el amigo.
 Si quieres buena fruta, cuida del árbol;
 si quieres buen trato, trata bien a tu jefe.
 El espejo refleja el rostro; y los ojos revelan la 
                          personalidad.
 Hay tres cosas que nunca están satisfechas: la tumba,
 la muerte, y la ambición humana.
 Con el fuego se descubre qué clase de metal tenemos; 
                          con los
 elogios se descubre qué clase de persona somos.
 Si al trigo lo machacas, puedes quitarle la cáscara, 
                          pero al necio,
 aunque lo remuelas, no se le quita lo necio.
 Las riquezas no son eternas, ni el  dinero dura para 
                          siempre.
 Las cosechas se acaban, y la hierba se seca.
 Por eso, cuida bien tu rebaños.
 Tus ovejas te darán su lana, tus cabras te darán mucha 
                          leche,
 y así podrán alimentarse tú y tu familia y hasta tus 
                          empleados.
 Además podrás vender tus cabras y con el dinero 
                          comprar un terreno.
 
 
 
 (Biblia lenguaje sencillo)
 
 
 
 Explicación del Proverbio 27
 
 
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